Diácono y protomártir, primer
santo consagrado por los apóstoles, fue discípulo de doctor judío Gamaliel; en
los primero tiempos de la iglesia en Jerusalén convirtió a muchos con su predicación,
motivo por el que fue lapidado en el año 36.
Va vestido con una dalmática
sobre una túnica y lleva en una mano las piedras con que fue lapidado, mientras
que con la otra sostiene la palma del martirio.