Fue la primera santa del continente americano. Nació en
1586 en Lima, Perú; vistió el hábito de Santo Domingo a los 20 años de edad,
once años después murió, luego de padecer muchas enfermedades y mortificaciones.
Fue canonizada el 22 de abril de 1671.
En esta representación viste el hábito dominico;
su cabeza, enmarcada con un nimbo, está ceñida por una corona de rosas poco
visible. Con la mano izquierda sostiene a una criatura, pues Jesús se le apareció
como un niño y le ordenó se hiciera una sortija para recordar sus desposorios;
en la mano derecha porta una palma.