Nació en Valencia, España. Se
dice que el Señor se le apareció para mandarle que predicara el evangelio. La
elocuencia de su fervor infundía un enorme fervor en los creyentes y atraía a
la fe a los no creyentes. En una ocasión declaró que él era el ángel del juicio
final que San Juan había predicho en Apocalipsis.
En esta pintura aparece con el
hábito dominico, cuya negra capa lo envuelve formando caprichosos pliegues; el
dedo índice de la mano derecha aparece levantado haciendo el signo de la
predicación y en la izquierda porta un crucifijo.
Lleva alas en su espalda por
haber declarado ser el ángel del juicio final.